NIEVES, LA ADMIRADORA INCONDICIONAL

Si soy sincera, yo no debería estar aquí. No debería escribir este post, ya que, en realidad, yo no soy actriz. No obstante, me he permitido abusar de la confianza de Lina, Raquel y Marga, y he colgado esta humilde entrada. En el fondo, me siento parte de este grupo y he decidido poner mi granito de arena.
Yo también hice mis pinitos cuando era pequeña y siempre me han dicho que soy muy teatrera, pero nada más. Un día me apunté al Taller de teatro de la Universidad Popular, y aquella vena “artística” volvió a intentar salir. Sentía que me empujaba y me animaba. Hasta que me di cuenta de un detalle, un importante y definitivo detalle: me podía la presión de salir a escena, o de aprenderme un guión, prefería, en todo caso, improvisar. El teatro me gustaba, y me gusta, subir a un escenario es una experiencia increíble y como afición es muy gratificante. Pero me faltaba algo, y ese algo es el alma de actriz, es esa chispa que vemos en los buenos actores y que les hace ser difentes al resto de los mortales. Yo soy escritora, o al menos lo intento, pero no actriz. Sin embargo, esa innata y admirable cualidad la tienen estas tres amigas. Ellas sí son actrices, viven el teatro, lo sienten, lo sueñan, lo disfrutan y esto lo transmiten al espectador. Les deseo toda la suerte del mundo y que “Las sombras caminan muy lento” sea el principio de una larga y exitosa relación con el teatro y con el público.
Raquel, Lina y Marga, aquí empieza un camino de difícil acceso, pero sé que vosotras lleváis el calzado adecuado para recorrerlo. Adelante, que yo os seguiré como vuestra admiradora incondicional.
Es cierto, yo no debería estar aquí, pero siempre estaré con vosotras.
Un beso.